En el horizonte global del crimen organizado, el futuro ya tiene nombre: la quinta ola. Así lo describe el informe The Fifth Wave: Organized Crime in 2040 (La quinta ola: el crimen organizado en 2040), publicado por la Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC) en noviembre de 2024 y firmado por el académico Phil Williams. El documento advierte que las organizaciones criminales dejarán de centrarse exclusivamente en las drogas y migrarán hacia el control de recursos estratégicos como el agua, los alimentos y los minerales, aprovechando la crisis climática, la tecnología emergente y las fallas en la gobernanza estatal.
Pero en México, esa predicción ya no es futuro: es presente. Desde hace un par de años, diversos casos documentados por medios nacionales e internacionales muestran cómo el crimen organizado ha comenzado a capturar los mercados de agua, granos, energía y alimentos básicos, extendiendo su poder más allá del narcotráfico, diversificando sus fuentes de ingresos y sometiendo a comunidades enteras a través de la sed y el hambre.
El informe de Williams plantea que el agua podría convertirse en “el nuevo fentanilo”, mientras que los alimentos básicos, como granos y tubérculos, serían los próximos objetivos de los grupos criminales. Aunque el análisis proyecta estas dinámicas hacia 2040, en México estas formas de captura ya fueron denunciadas en múltiples regiones.
En septiembre de 2022, la Confederación de Cámaras Industriales advirtió que el crimen organizado controlaba en ese entonces los precios y el abasto de alimentos en al menos siete estados: Guerrero, México, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Según el comunicado de la organización, los grupos criminales no solo imponen condiciones a los proveedores, sino que también bloquean las rutas de distribución, amenazan a los transportistas, destruyen camiones y deciden quién puede vender o comprar productos como el aguacate, el limón y el pollo.
Según el comunicado de la organización, los grupos criminales no solo imponen condiciones a los proveedores, sino que también bloquean las rutas de distribución, amenazan a los transportistas, destruyen camiones y deciden quién puede vender o comprar productos como el aguacate, el limón y el pollo.
Le más en la nota de INFOBAE: https://www.infobae.com/mexico/2025/04/23/la-quinta-ola-del-narco-ya-se-vive-en-mexico-asi-usa-el-crimen-organizado-la-sed-y-el-hambre-para-someter/
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